Blogia

NEODEMOCRATAS

Es la política (educacional) un problema de expertos? Jaime Bravo Campos

Es la política (educacional) un problema de expertos? Jaime Bravo Campos

Para avanzar la reflexión, primero es necesario contextualizarla.  Estamos ante las respuestas que provoca la presencia de un movimiento social que reclama espacios de incidencia. 

Sin compartir la estrategia que este ha adoptado en la última fase, es necesario revisar la argumentación que se ha abierto en torno a sus derechos de incidir en la deliberación pública, en la que, de modo lateral se ha hecho referencia valorativa del aporte del movimiento al poner los temas, pero simultaneamente se ha cuestionado la competencia de aquellos para participar en la deliberación que dará origen eventualmente a una   (2ªo 3ª, ya nadie sabe) reforma educativa. 

El argumento me lleva a la vieja contraposición de Platón y Aristoteles, en la que el primero consideraba que la política y el gobierno en particular debiera ser ocupación de aquellos que portaran conocimientos especiales que permiten un buen resolver orientado al bien común, llegando a enunciar cuales debieran ser dichos conocimientos.  En contraposición a este, la posición de Aristoteles sostenía que la política es un dominio en que todos los ciudadanos (ya sabemos que no representaba a todos) tienen derecho y el deber de contar con opinión. 

De la misma manera, Pericles sostenía que "del mismo modo que los que se ocupan de los asuntos públicos pueden ocuparse simultaneamente de los negocios privados, tambien aquellos que se dedican a los negocios particulares entienden de política en medida no menor, por que solamente entre nosotros el que no se interesa en la política no es considerado como persona pacífica, sino como un ser inutil, y nosotros mismos, tanto si tomamos decisiones como si estudiamos cuidadosamente los acontecimientos, consideramos no que las discusiones sean una rémora para las acciones, sino mas bien que es perjudicial no examinar las cosas a fondo con los debates, antes de pasar a la acción. (tucidides II 37-40). 

El argumento de la necesidad de contar con conocimientos avanzados en las materias supone contar con una teoría social completa, poseedores de la cual aquellos pueden decidir lo mejor para todos nosotros.  De allí a colegir que la presencia de deliberaciones mas amplias que las propias de los expertos pudiera alterar la sana relación racional entre medios y fines que pudiera proveer dicha teoría. 

Sin embargo, la evidencia indica que pocas veces los expertos son capaces de ponerse de acuerdo en algo, y de otra parte, no existe teoría ni racionalidad capas de definir lo que se desea, sino solo la mejor relación de medios para alcanzar aquello que definimos como fines.  Carlos Peña el dia Domingo nos recuerda que no hay nada mas ideológico que un curriculum escolar.  En el se ve consagrado aquello que como sociedad declaramos como deseable para el conocimiento, valores, habilidades y destrezas que queremos que todos los ciudadanos portemos y las expectativas de competencias que esperamos que nuestros especialistas, a distinto nivel, porten.  Mas aún, supone que quien padece las decisiones públicas no tiene nada que decir de aquello que configura su placer o padecer. 

Una vez mas el asalto de la aristocracia en una de sus variantes hace su entrada, esta vez no flanqueada por la economía, al menos no exclusivamente, sino en el seno de la pedagogía y sus especializaciones conexas.

Olvidan acaso los expertos que la dominancia contructivista en la reforma curricular impulsada por expertos(sin opinar de su calidad), fue denostada por multiples otros expertos que no creinan en sus bondades?  La tecnocracia, una vez masticada un rato,  siempre deja el mal sabor de la soberbia .  Será tan terrible pedir que los expertos nos convenzan y, junto a nosotros a aquellos que abrieron la puerta, pese a no contar con luz (alumnos) o padecer o faltarles algo (adolescentes), para transformar sus propuestas en políticas?

05 de Junio de 2006, 23,00 hrs

Que paso con los estudiantes? Jaime Bravo Campos

Que paso con los estudiantes? Jaime Bravo Campos

Una mirada a la emergencia de un nuevo actor social es necesaria.  Nuestros analistas sociales, revestidos de la toga académica, postularon por muchos años que los movimientos tradicionales, que se aglutinaban en torno a organizaciones permanentes habían desaparecido como consecuencia de la modernidad, en una explicación difusa que muchas veces se asemejaba mas a una imposición conceptual, o una histéresis, en que el pasado explica el presente obviando explicaciones sustantivas de cómo ocurre aquello.  Aun no se escuchan comentarios desde aquellos, con lo que se consagra una impotencia para explicar equivalente a la soberbia para pontificar a través casi de adagios.

 

El movimiento de los estudiantes, al mismo tiempo, ha puesto en duda la relación de dicha modernidad con el segundo adagio, el alejamiento de los jóvenes de la política.  Hoy se estima en 650.000 los jóvenes secundarios, adolescentes si nos resulta aceptable la definición de ese grupo como carentes o dolientes, que demandan al dominio público solución a problemas que de por sí eran conocidos y que no esperan de dilaciones en la respuesta a sus planteamientos.  La pregunta por tanto es quién se alejó de quién.  Los jóvenes parecen portar interés por el dominio público en aquellas áreas en las que las decisiones públicas marcan la expectativa de sus propias trayectorias individuales y colectivas.  En contraposición al concepto de “gente” se levantan como pueblo que, en su condición de ciudadanos, más allá de los límites establecidos en la ley, exigen respuesta y solución y levantan propuestas colectivamente.  Se puede discutir razonablemente si son las que deben ser, si la magnitud de lo que piden podemos como sociedad entregarlo o si hay ausencias importantes en los planteamientos que levantan.  Pero lo indiscutible es su vocación pública y el deseo de romper la forma de decisiones públicas en que relaciones entre grupos de interés privado y el Estado deciden sobre la base del “tercero excluido”, concentrando muchas veces beneficios en manos de algunos y distribuyendo cargas, a diestra y siniestra hacia quienes no tienen posibilidad de acceder a la mesa o bien no cuentan con información para ejercer razonablemente sus derechos.

 

Visto así, la disonancia que pudiera explicar la distancia no aparece como el resultado de un alejamiento de los jóvenes de la POLÍTICA (con mayúscula), sino el impacto en el sistema político del dominio de juegos distributivos y reproductivos de poder que se verifican en la política con minúscula, la que no garantiza una adecuada selección de cuáles deben ser los problemas públicos abordados y las decisiones que  a partir de ellos debieran adoptarse en una perspectiva democrática.

 

Es así como un tercer aspecto debe ser anotado y las previsiones de los pontificadores deben ser revisadas.  La capacidad de lograr un incremento de la participación ciudadana exige, como bien lo han hecho los estudiantes, la necesaria revisión y articulación de demandas inmediatas y puntuales respecto de aquello que no puede ser resuelto por soluciones en el dominio privado/público sino exigen decisiones públicas que no exigen ni obligan a quienes voluntariamente consienten, sino en que la sociedad tiene la capacidad, por voluntad pública, de obligar.

 

No existe ninguna demostración de que el interés por el dominio público se haya reducido, sino más bien que las formas en las que se organiza el dominio público no siempre provocan el efecto de ciudadanía esperado.  Es importante anotar que en una democracia, la generación y desarrollo de ciudadanía no constituye un dato sino un objetivo de la misma, que cautela que el principio de igualación y soberanía popular no constituya una formalidad sino un hecho político contingente.

 

Es interesante como, inclusive en el dominio de la elección de los colaboradores, la autoridad presidencial, teniendo el derecho de nominar debe considerar que las competencias de quienes asumen los cargos pueden ser puestas a prueba por una ciudadanía activa y no basta hacer “ajustes de caja” con cargos para mantener equilibrios de coalición.

 

Es interesante anotar la paradoja que, quienes representan a los estudiantes evidencian niveles de comprensión de la complejidad del sistema político altos.  Sin embargo no debe obviarse el que con una base de 650.000 jóvenes, dichos dirigentes no necesariamente son representativos del desarrollo equivalente de dichas capacidades en el conjunto.  De allí que pueda considerarse el movimiento actual como la “escena de aprendizaje” mas grande que en enseñanza media se halla dado para la formación en ciudadanía.  Sin embargo, la incipiente experiencia directiva pudiera conducir a una rigidización de posiciones que conllevara una progresiva pérdida de adhesión del resto de la ciudadanía.  Esperamos que lo que natura da, ya que no podemos garantizar que la escuela lo haga, permita una salida gananciosa para un movimiento social que el conjunto de la ciudadanía necesita.

   

02 de junio de 2006, 13,00 hrs.

Bienvenido

Ya tienes weblog.

Para empezar a publicar artículos y administrar tu nueva bitácora:

  1. busca el enlace Administrar en esta misma página.
  2. Deberás introducir tu clave para poder acceder.


Una vez dentro podrás:

  • editar los artículos y comentarios (menú Artículos);
  • publicar un nuevo texto (Escribir nuevo);
  • modificar la apariencia y configurar tu bitácora (Opciones);
  • volver a esta página y ver el blog tal y como lo verían tus visitantes (Salir al blog).


Puedes eliminar este artículo (en Artículos > eliminar). ¡Que lo disfrutes!